viernes, 24 de septiembre de 2010

DESCRIBIR EL ESCRIBIR

DESCRIBIR EL ESCRIBIR
CÓMO SE APRENDE A ESCRIBIR
AUTOR: DANIEL CASSANY
PAIDÓS COMUNICACIÓN

La escritura es en sí un método de documentación que cumple una función específica como “memoria artificial”. Antes de que ésta se instalara, la oralidad cumplía el rol de mantener viva las costumbres, leyes, mitos y cualquier otro tipo de conocimiento que mantuviera organizada a una sociedad. En las sociedades orales, el hombre se vincula con la naturaleza, no conceptualiza su experiencia de la historia y concibe el tiempo de modo constante. La tradición oral mantiene la continuidad de una percepción de la vida y del mundo, y de una experiencia colectiva sin las cuales el individuo quedaría abandonado a su soledad.

Las civilizaciones que inventaron los mejores sistemas de escritura fueron las que alcanzaron mayor desarrollo. Los egipcios desarrollaron tres tipos de escritura diferentes, los etruscos, los que originaron la civilización romana, inventaron al parecer , un buen sistema (que aun no se ha descifrado) y los griegos desarrollaron un sistema bastante avanzado que provenía de los fenicios, desarrollando hasta ahora el mejor o mayor sistema de escritura, la escritura alfabética.

La oralidad es un sistema simbólico de expresión, es decir un acto de significado dirigido de un ser humano a otro u otros, y es quizás la característica más significativa de la especie. La oralidad fue, entonces, durante largo tiempo, el único sistema de expresión de hombres y mujeres y también de transmisión de conocimientos y tradiciones. Hoy, todavía, hay esferas de la cultura humana que operan oralmente, sobre todo en algunos pueblos, o en algunos sectores de nuestros propios países y quizás de nuestra propia vida. A veces, nos referimos también al habla como sinónimo de oralidad, aunque no podemos olvidar que, en Lingüística, habla es uso, por oposición a sistema, según la tradición saussureana. Tanto la oralidad como la escritura forman parte del concepto de habla que oponemos al de sistema.

ORALIDAD:
Es uno de los modos de producción del lenguaje. Básicamente es la comunicación mediante los sonidos del lenguaje, o de forma más sencilla, hablar. Al conversar con un compañero, por ejemplo, articulamos una serie de sonidos a los cuales se les asocia un significado, a su vez, nuestro compañero irá interpretando estos sonidos como un mensaje dando lugar a lo que conocemos como comunicación.
Se describen dos tipos de oralidad:

1. La oralidad primaria, que se refiere a las culturas que sólo la poseen a ella para comunicarse y que permite una activación de la memoria. Las culturas orales (denominadas culturas primitivas, sin historia, por la antropología clásica, con términos ya en desuso) tienen un conjunto de conocimientos, hábitos, tradiciones, representaciones, simbolismos y significaciones que permiten descubrirlas.

2. secundaria es la que manejan culturas avanzadas que poseen escritura (sociedades complejas o civilizaciones, con historiografía). En ellas es la escritura la que se ha convertido en soporte de la memoria.

En la oralidad, la relación emisor-texto-receptor es directa y están presentes estrategias de carácter suprasegmental. El texto oral se percibe a partir de sonidos que operan como instancias concretas de un sistema de unidades abstractas, los fonemas.

TEXTOS ORALES

En su libro Enseñar lengua, Daniel Cassany, clasifica los textos orales de diferentes maneras:

Singulares: un receptor o más no tienen la posibilidad inmediata de responder y, por lo tanto, de ejercer el papel del emisor (discurso político, exposición magisterial, canción grabada)

Duales: dos interlocutores pueden adoptar alternativamente los papeles de emisor y receptor (llamada telefónica, diálogo entre amigos, entrevista)

Plurales: tres interlocutores o más pueden adoptar alternativamente los papeles de emisor y receptor (reunión de vecinos, conversación de amigos, debate en clase)

Cada tipo de comunicación tiene características específicas y requieren de diferentes habilidades del emisor. En una del tipo singular el orador va a preparar su exposición, y la pronunciará, a su gusto, contando solamente con las expresiones no verbales del público. En cambio en una dual el emisor va a interactuar con el interlocutor explorando diversos temas, en una especie de confrontación dialéctica. Finalmente, una plural es el resultado de la colaboración espontánea e incontrolada de varios participantes.

Adoptando un punto de vista más técnico, Cassany diferencia los textos orales en autogestionados (singulares) y plurigestionados (duales y plurales). Los primeros requieren la capacidad de preparación y autorregulación del discurso, mientras que los segundos ponen énfasis en la interacción y la colaboración comunicativa. A pesar de que Cassany, en su libro habla de “comunicación singular” quiero aclarar que para que haya comunicación deben estar presente tanto un emisor como un receptor, así como un mensaje, un código, un canal y un contexto, elementos que, dada sus características, no están presentes en la comunicación singular de Cassany, por esa razón prefiero utilizar el termino de textos orales en su lugar.


ORALIDAD Y ESCRITURA:

Daniel Cassany, en su libro Describir el escribir, diferencia la escritura de la oralidad desde dos dimensiones: la dimensión contextual y la dimensión textual. Las diferencias contextuales entre la comunicación escrita y la oral son las siguientes:

En tanto la comunicación escrita se efectúa a través del canal visual y permite (mediante la lectura) una transmisión de información mayor que la que se produce oralmente, la comunicación oral se trasmite fundamentalmente por el canal auditivo.

El receptor de un texto oral percibe sucesivamente los sonidos que se encadenan en palabras y oraciones. En cambio, el receptor de un texto escrito tiene una percepción simultánea del texto como totalidad, de sus dimensiones, y eso le permite programar el tiempo que le demandará su lectura.

En cambio, los textos escritos suelen ser autónomos de los contextos específicos en que se encuentra el autor en el momento de escribirlos y el lector en el momento de leerlos. Si es necesario para la comprensión textual, los autores de textos escritos deben crear verbalmente los contextos para que el lector pueda ubicarse.

En lo que respecta a las diferencias textuales, Cassany distingue varios rótulos:

Adecuación: En la comunicación oral, el uso de la lengua suele indicar la procedencia geográfica, social y generacional, además, es un tipo de comunicación elegida para trasmitir temas generales, de bajo grado de formalidad y propósitos subjetivos.

En la comunicación escrita hay una tendencia a eliminar las variantes lingüísticas regionales y los registros familiar y coloquial, y a utilizar el registro estándar de la lengua. Este tipo de comunicación se encuentra más asociada al uso público del lenguaje y a la transmisión de temas específicos, tratados con un alto grado de formalidad.

Coherencia: En las producciones orales hay una selección menos rigurosa de temas y se producen digresiones, cambios de tema, repeticiones y reiteraciones, datos irrelevantes, etc. Las estructuras que jerarquizan la información son más bien abiertas, lo que permite muchas veces pasar de un texto oral a otro sin solución de continuidad. Estas estructuras no tienen formatos canónicos como las escritas, sino que se construyen con gran libertad por parte del hablante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario